El ciclista abulense Carlos Sastre permanecerá tres semanas, del 30 de enero al 18 de febrero, en San Francisco (California), donde su equipo, el CSC, celebrará la primera concentración de este año. Hoy domingo ha emprendido viaje con destino a Indianápolis, lugar donde visitará junto a sus compañeros las instalaciones de la fábrica de ruedas que utiliza el equipo danés.

La finalidad principal de esta concentración es la adaptación a las nuevas bicicletas, tanto las de ruta como las de contrarreloj, y también la convivencia para que las nuevas incorporaciones se integren con los veteranos. El programa de entrenamientos es intenso. “Habrá dos grupos de trabajo, con distintas intensidades, dependiendo de la programación de cada uno. Pero en general haremos muchos kilómetros. Ciclos de cinco días, cuatro de entrenamiento duro y uno tranquilo”, comenta Sastre.

Los que tienen asegurado es un buen tiempo, ya que “vamos a estar hacia el interior, donde las temperaturas son más bien altas”. Esa es, a juicio de Sastre, una de las cosas más positivas de esta concentración, ya que en los últimos días ha tenido que entrenar con temperaturas bajo cero. “Hemos estado saliendo pese a la nieve que ha caído en Ávila, con temperaturas de dos grados bajo cero, buscando carreteras practicables. Afortunadamente, el sol derretía la nieve y se podía rodar. En San Francisco no tendré este problema”.

Carlos habla en plural porque habitualmente entrena con los también abulenses, Joaquín Novoa y Miguel Ángel Candil, que este año van a militar por recomendación suya en el único equipo continental danés, el Desiened Kokken, que es una especie de cantera del CSC.

Este año no hará las tres grandes. “Con una vez es suficiente”, comenta un Carlos Sastre que asegura no sentir el peso de ese aparente ‘exceso’ competitivo para los tiempos que corren. “La verdad es que, aunque al final de temporada acusé el cansancio, siento que recuperé bien y que no me va a pasar factura. Me encuentro perfectamente, con más ambición que nunca y con ilusión de hacer una gran temporada, que en mi caso pasa, necesariamente, por hacer un buen Tour”.

Un arranque de temporada más español

A diferencia de 2006, donde debutó en París-Niza y sólo hizo País Vasco y Amorebieta en la primera parte de la temporada, este año va a dejarse ver más en las carreteras españolas. Debutará en la Clásica de Almería, el 4 de marzo, y seguirá –al haberse suspendido la Vuelta a Murcia- en Castilla y León, País Vasco y Gran Premio de Primavera de Amorebieta, antes de afrontar la Flecha Valona y Lieja-Bastogne-Lieja.

“La Vuelta al País Vasco es una carrera en la que suelo afinar la forma. Siempre salgo bien de ella. El año pasado gané en Amorebieta días después de terminarla”, comenta el corredor. “Luego –prosigue- haré Tour de Romandía y Vuelta a Suiza, como preparación del Tour”. Para cerrar la temporada, tras la ‘Grand Boucle’, dos importantes citas en España: la Clásica de San Sebastián y la Vuelta a España, su segundo gran objetivo de esta temporada.